Casarse un viernes… Está de moda

Exacto. Parece ser que esta tendencia está en alza y cada vez gusta más. Ahora ya no se limitan las bodas y celebraciones solo a los sábados a medio día o noche, sino que los viernes están muy de moda y está siendo un día muy demandado por las parejas que pasan por el altar. ¿Por qué? Pues por muchas particularidades que diferencia a este día.

Más días para celebrar – descansar

Casarse un viernes tiene muchas ventajas, quizás más incluso que hacerlo un sábado. La primera y quizás más llamativa o decisiva a la hora de elegir este día es que, después del evento, hay más tiempo para seguir celebrando o, lo que es casi más importante y necesario, descansar.

Hacer la boda un viernes permite tener dos días antes de volver a trabajar para recuperarse de la fiesta. El fin de semana estaría intacto para todos los invitados que han “dado todo” en la boda y que necesitarán, sin duda algo, tomarse un respiro algo más prolongado para recuperarse. Un solo día sabe a poco o nada (en el caso de hacer la boda un sábado) y cuando llega el lunes, se tiene el mismo cansancio.

Elegir el viernes aporta este margen para, también, facilitar todo a aquellos invitados que han venido de fuera y tienen que volver a sus lugares de origen.

Pero también, si hacéis vuestra boda un viernes, tendréis más días para poder organizar algún que otro acto más, quizás más informal y de ocio con grupos más reducidos de asistentes. Alguna comida más familiar, unas copas el sábado por la noche o un brunch con los más rezagados o los que aún no han vuelto a casa, también son oportunidades únicas para seguir disfrutando del día más feliz.

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Ahorro de costes

Aún el viernes no está tan instaurado como el sábado aunque parece que no tardará en hacerlo. Los sábados son los días escogidos por excelencia para celebrar las bodas por lo que, las fincas y lugares de celebración normalmente tienen precios diferentes si decidís escoger el viernes. ¿Por qué? Porque también son días útiles que hay que “ocupar” y se premia de alguna manera quién se decide por ello.

Los sábados tienen más seguridad de reservarse pero así también podréis encontrar mejores opciones para vuestra celebración.

Más disponibilidad

Por la misma regla de tres y deducción que hacíamos en el punto anterior de que los sábados suelen estar repletos, los viernes tienen mayor disponibilidad en iglesias, ayuntamientos y lugares de celebración. Es mucho más fácil que encontréis “sitio libre” allá dónde siempre habíais imaginado si os casáis un viernes que un sábado.

Acortar tiempos

E igualmente, continuando en la misma línea, si no queréis tener que esperar un año para contraer matrimonio ni renunciar a vuestro sitio ideal, un viernes puede ser la gran alternativa. Bodas que se han organizado con tres meses o incluso menos tiempo, han sido un verdadero éxito porque los viernes no siempre están ocupados.

Hay quien prefiere acortar y limitar este tiempo de preparación, quizás por estar muy ocupados, porque les apetece casarse antes o porque tienen después otros planes de vida que no pueden esperar… Pero no quieren renunciar a ese lugar que soñaron. El viernes tanto en almuerzo como en cena puede ser su “salvación” para tenerlo todo.

Capacidad de reacción frente a imprevistos

Los viernes son días laborables y todo “está abierto” lo que ayuda y mucho a poder reaccionar frente a cualquier imprevisto que tengamos. Si os casais un sábado por la noche, será muy difícil encontrar sustitutivo a algún elemento que falle o se haya caído sin embargo, un viernes todo sería más fácil. Encontrarás más rápido a los proveedores y siempre será un gran alivio.

Contras de casarse un viernes

Pero no todo iba a ser bueno y bonito. Celebrar una boda un sábado es algo que está instaurado y por algo será. Es el día libre que la mayoría de la gente disfruta con lo que nadie o casi nadie, tendrá impedimentos para poder acudir a vuestra boda. Sin embargo, un viernes es día laborable lo que podría dificultar un poco el que los invitados puedan llegar a la misma. Si es un viernes por la mañana o a medio día, los asistentes tendrán que disponer del día libre en sus oficios mientras que el sábado se aligera mucho esta necesidad.

Igualmente, quien tenga que viajar podrá disponer del viernes para hacerlo y descansar antes de la fiesta. Un viernes puede suponer en algunos casos tener que hacerlo todo de forma más precipitada y sin tanto margen.

De todas formas, hoy por hoy, si la boda es un viernes por la tarde, entre que en la mayoría de los trabajos estas tardes no se trabaja y que cada vez más impera la flexibilidad laboral, no debería suponer ningún problema y al fin de cuentas, quien realmente quiere asistir, hará el esfuerzo por acudir. Es vuestra boda y siempre, seréis vosotros lo que deberéis decidir qué hacer y cómo hacerlo.

Sea como sea, casarse en viernes está de moda, muy de moda.

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